Diseño biofílico
El diseño biofílico, o diseño biofílico, es una ciencia aplicada que pretende conectar eficazmente a los seres humanos con la naturaleza en el entorno construido y los espacios confinados, donde se pasa el 90% del tiempo. Stephen R. Kellert (1943-2016), catedrático emérito de Ecología Social de la Universidad de Yale, está considerado un pionero en esta disciplina, gracias a su publicación de 2008 "Biophilic Design: The Theory, Science, and Practice of Bringing Life to Buildings". Kellert define el diseño biofílico como "el intento deliberado de satisfacer la necesidad humana de contacto con los sistemas y procesos naturales en el entorno construido contemporáneo", destacando su papel en la mejora de la salud física y mental, la productividad y el bienestar de las personas . Este enfoque interdisciplinar fomenta una relación positiva entre las personas y su entorno, contribuyendo al bienestar tanto de las personas como del medio ambiente. Basado en la Hipótesis de la Biofilosofía (1993) y en la investigación de múltiples disciplinas como la Psicología Ambiental, el Diseño Biofílico se considera un enfoque fundamental en el diseño moderno, aplicable en todos los contextos vitales. Kellert afirma: "Podemos construir y crear nuestro mundo mediante el aprendizaje y el ejercicio del libre albedrío, pero para tener éxito debemos permanecer fieles a nuestra biología, que está enraizada en la naturaleza. Si nos alejamos demasiado de nuestra dependencia heredada del mundo natural, lo hacemos por nuestra cuenta y riesgo". Además, al estimular la biofilia innata del ser humano, el diseño biofílico influye directamente en el comportamiento sostenible. En última instancia, el diseño biofílico es una solución beneficiosa para todos que contribuye eficazmente a la sostenibilidad social, medioambiental y económica.